En todo proceso de divorcio uno de los principales problemas que se plantea es qué se hace con la vivienda familiar, quién tiene derecho al uso y disfrute de la misma, ante esta situación, caben las siguientes alternativas:
- Que se proceda a la venta de el inmueblea una tercera persona.
- Que se lo quede una de los cónyuges, compensando económicamente al otro por ello
- Que siga en copropiedad, pero el uso y disfrute de la viviendase atribuya a una de las partes
Los cónyuges, por tanto, deben intentar, de forma amistosa, decidir acerca del domicilio familiar, qué hacer con la vivienda, esta es la solución ideal y el acuerdo alcanzado deben plasmarlo en el convenio regulador junto a los demás aspectos del divorcio.
En el caso de vivienda familiar en alquiler, ocurre lo mismo, aunque evidentemente no se puede proceder a la venta del inmueble.
¿Qué pasa si no hay un acuerdo sobre la vivienda en un divorcio?
Si las partes no llegan a un acuerdo en este punto, tendrá que ser el juez el que decida qué se hace con el inmueble, lo más habitual, en caso de existir hijos menores, es que se otorgue el uso y disfrute de la vivienda familiar al miembro sobre el que recaiga la guardia y custodia de los menores hasta que estos cumplan 18 años (pudiendo ser prorrogado en caso necesario). No obstante, aunque es lo más común, puede haber otras circunstancias que lleven al juez a tomar otra decisión, como por ejemplo, que uno de los miembros de la pareja esté más necesitado, en casos de guardia y custodia compartida o que simplemente no tengan hijos o sean mayores de edad.
En caso de extrema necesidad, y aunque no tenga otorgada la guardia y custodia de los menores, el juez podrá decidir otorgarle la vivienda al miembro más necesitado de la pareja.
¿Durante cuanto tiempo se otorga?
La atribución del uso de la vivienda familiar tiene carácter temporal, por tanto, se indicará el marco temporal de este uso y, una vez finalizado, los miembros de la pareja podrán decidir qué hacer con la vivienda y realizar las gestiones oportunas por ejemplo, para su venta.
Como este es un beneficio a favor de los menores y el cónyuge que se queda dicho uso y disfrute, es tenido en cuenta a la hora del cálculo de la pensión de alimentos a favor de los menores.
Conclusiones
La vivienda familiar es uno de los puntos más complicados junto a la guardia y custodia en cualquier proceso de divorcio, por lo que se debe intentar alcanzar un acuerdo acerca de su uso y disfrute y el tiempo correspondiente, así como de la compensación para la otra parte. En caso de no alcanzarse, resolverá el juez escuchando a las partes y en interés de los menores en caso de haberlos.